Después de la enorme paliza de avión, llegar a la 23:40 y de ir al hotel sin apenas ver nada de nuestro nuevo hogar, hoy nos hemos levantado como nuevos y con la ilusión de un niño pequeño en navidad.
El día ha amanecido nublado y feo. Desayuno en un ambiente biker 100%, a montar las bicis y hacia la zona de inscripciones donde nos han dado todo el pack Cape Epic. En los 6km que nos separaban del lugar de las inscripciones ya hemos podido comprobar que en Ciudad del Cabo hay unos desequilibrios enormes. Mientras observas tranquilamente Ferraris, Lamborghinis o Bentleys, en el banco más cercano te encuentras a gente que se acaba de levantar de pasar la noche allí.
La zona del puerto donde estaba todo el montaje de la carrera es genial. Zonas peatonales, comercios y mucho ambiente. Todo un regalo después del largo viaje.
Tras completar todo el trámite de las inscripciones, y de saborear 4 porciones de pizza y 5 bebidas por unos 12€ al cambio, ha llegado la mejor parte del día, había que estirar la piernas!
El sol ha aparecido por fin, y nos ha regalado un día sensacional. El primer problema ha sido el circular por izquierda, que nos ha costado algún que otro susto. Por lo demás, hemos rodado por la zona costera, una lugar sensacional, rodeado de casas de lujo, playas de arena blanca y agua cristalina y un ambiente mediterránea que te hace sentir como en casa. 2H20 de disfrute.
Ahora es el momento de pensar en la primera etapa. Y de buscar soluciones para todos las cosas que me he dejado en casa… repasando la lista… me he dejado el saco de dormir, las toallas, el camelback y la bolsita para las herramientas, además de romperse en cuentakilometros en el viaje… uf!
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