Jean Christophe Peraud es ahora una estrella del ciclismo de carretera. Uno de los mejores corredores franceses de la actualidad a pesar de su veteranía y de haber llegado a esta modalidad a una tardía edad, tras formarse y competir la mayor parte de su carrera deportiva en el BTT.
Pero su historia estuvo a punto de ser muy diferente tal y como desvela en el libro «Nouveau cycle, confidences de trois coureurs modernes» (Nuevo ciclismo, secretos de tres corredores modernos). En el libro escrito por Pierre Carrey los ciclistas Thibaut Pinot, Romain Bardet y el propio Peraud explican sus vivencias menos conocidas y dan luz a la progresión de Francia en el ciclismo de carretera en los últimos años, especialmente en este 2014, en el que han tenido un importante protagonismo en el Tour de Francia.
Por lo que se refiere a Peraud, el ex-biker explica que estuvo a punto de abandonar el deporte a los 20 años, cuando arrojó valores de hematocrito por encima del 50% en un control interno realizado por la Federación francesa al equipo nacional de mountain bike, en 1997. Era el mismo año en el que entró en vigencia la norma de la UCI que obligaba a no competir durante dos semanas en caso de superar el 50% de hematocrito, pero en este caso no se aplicó la norma al tratarse de un control interno.
Pasé de entrenar 8 horas semanales a hacerlo 12. Y perdí 3 kilos
Eso no quiere decir que Peraud pasase ese problema sin contratiempos. Un oficial de la federación acabó apartándolo del Campeonato de Francia de BTT. Su no presencia en esa carrera hizo que tampoco fuese seleccionado para ir a competir a los Campeonatos del Mundo, momento en el que el francés estuvo muy cerca de abandonar el ciclismo.
Lejos de amedrentarse, el por entonces bikers, decidió tirar adelante con más fuerza. «Pasé de entrenar 8 horas a la semana a hacerlo 12 horas, y perdí 3 kilos. Esa temporada acabé entre los 10 mejores en el Roc d´Azur por primera vez en mi carrera» explica en el libro.
Sobre su problema con el hematocrito, tras varios tests pudo demostrar que sus valores estaban habitualmente en un rango elevado, entorno al 48 y 50% de forma habitual. Peraud alaba la introducción del pasaporte biológico, que permite controlar los nivels de un corredor en el global de su carrera deportiva. «Ha hecho que el ciclismo sea más humano. Pero siempre tengo miedo de ser acusado de forma injusta algún día«