La 2ª etapa en línea de la Absa Cape Epic debía ser un día de relativa transición.
101km y 1.550 metros de desnivel no suponían, sobre el papel, un terreno especialmente complicado respecto a lo que están acostumbrados a ofrecer en esta prueba.
Pero la lluvia lo cambió todo. El agua caía durante la noche y las primeras horas de la mañana convirtiendo las pistas de fácil rodar en pesadillas de barro. Corredores y, sobre todo, mecánica, puestos a prueba hasta el extremo.
Desde la misma salida los bikers afrontaban este panorama de nubes y lluvia.
Los primeros kilómetros iban a ser los peores de la etapa, con zonas muy embarradas que y mucha agua que provocaron que algunos equipos se quedaran sin frenos cuando no se había cubierto ni un tercio del recorrido.
Los tramos de agua y cruces de ríos eran un pequeña salvación en la que limpiar un poco la acumulación de barro e intentar mantener la mecánica.
Los corredores de cabeza de carrera no levantaron el pie en ningún momento, y esta jornada, que no debía deparar grandes cambios, vio como la general sufría un nuevo vuelco.
Para los competidores que solo buscaban acabar el día fue una pesadilla. La organización aumentó el tiempo límite para cubrir el recorrido y cada punto de avituallamiento se convertía en un pequeño campo base donde intentar recuperar tanto cuerpo como bicicleta para conseguir llegar al siguiente punto de asistencia de una pieza.
El equipo del Team Bulls 1 forzó desde el inicio sabedores que era un día para crear diferencias.
Las caídas también fueron comunes, aunque no afectaron de forma trascendental a los primeros conjuntos.
Hermida se volvía a poner un culote para afrontar la etapa después del duro día anterior. Fueron 16º, pero lo importante es que siguen en carrera y a buen seguro, con alguna etapa marcada como objetivo.
Sauser se quedaba sin pastillas mediada la etapa. Y los problemas con los frenos le persiguieron durante toda la jornada. Una vez más, los equipos que le dan apoyo le volvieron a salvar de perder mucho más tiempo. Finalmente fueron 8º, pero cedieron otros 18 minutos y sus opciones a revalidar la general son complicadas cuando sólo han pasado 3 días de carrera.
A la propia dificultad de reparar cualquier cosa en carrera se sumaban las condiciones del días, con agua y barro. Una tarea nada sencilla.
La etapa se transformó en una jornada de supervivencia incluso para los equipos punteros.
Las gafas poco pudieron hacer para proteger a los bikers. Robert Mennen intentó sacarles partido, pero no tuvo más remedio que acabar sin ellas y «tragando barro» durante muchos kilómetros.
Lukas Fluckiger y Martin Fanger cuajaron otra buena actuación con su 6ª plaza. Se están mostrando muy regulares y son aspirantes al podio final.
Este es el tipo de terreno que se encontraron en la primera mitad del recorrido.
Karl Platt, o mister Cape Epic. Nadie tiene la experiencia que tiene el alemán. Sin ser los más fuertes en ninguna etapa ya son líderes de la general. Su arma es la constancia, conocer la prueba y saber afrontar los problemas como ningún otro equipo. El Team Bulls cuida los detalles al milímetro en esta competición.
Hermida parece que estaba recuperado de su pesadilla del día anterior. Que no falte el buen humor.
Rabon, compañero de Sauser, está sufriendo en sus carnes una de las ediciones más complicadas de la carrera. En otras circunstancias, con el recorrido seco y rápido, podría sacar a relucir su potencia como corredor de carretera, pero por el contrario se está encontrando con un terreno desafiante que sólo hace que recordarle que es un recién llegado al MTB de competición.
Y la alegría de superar una jornada como esta en la cara de Jose Antonio Hermida.Ojo, que pudo sacar rendimiento a su «patentada» carcasa para el casco.
El equipo femenino de Ariane Kleinhans y Annika Langvad volvió a realizar otra exhibición y empiezan a recortar el enorme tiempo perdido por los problemas mecánicos en la anterior etapa.
Las líderes, Esther Suss y Sally Bigham, defendieron su maillot con uñas y dientes. Su estrategia pasa por minimizar las pérdidas día a día y cuidar la mecánica. Aunque quedan muchos días por delante.
Con bicicletas así tuvieron que lidiar en los puntos de asistencia técnica. Algo de aceite para intentar cuidar la transmisión y poco más. Rezar que todo se mantenga en su sitio hasta la línea de meta.
Los avituallamientos fueron uno de los puntos clave de la etapa. Es importante, en una carrera de gran fondo como esta, saber perder unos segundos y avituallarse de forma correcta.
En meta costaba reconocer a los participantes.
Tim Boehme, del Team Bulls 2, acoplado camino del podio en la etapa. Junto a Simon Stiebjahn lograron ser 3º en la etapa. 2 de los 3 equipos del podio eran del Team Bulls. ¿Hace falta decir algo más?
El helicóptero de carrera es una de las imágenes de la Absa Cape Epic.
¿Y los flamantes nuevos líderes? Pues pasaron un día negro. Uno de ellos rompía el cuadro por una de las vainas. Adiós al liderato. Hicieron de McGuiver y lograron solventarlo con cables de cambios, cinta americana y bridas. Como mínimo para cruzar la línea de meta. Acabaron lo 179º de la etapa, perdiendo casi 2 horas.
Nino Schurter espera el día que su compañero esté al 100% para atacar algún triunfo de etapa. Mientras disfruta del MTB como pocos.
Más imágenes de Langvad y Kleinhans en acción. Solo tienen una opción a escoger. Atacar y atacar cada día si quieren recuperar todo el tiempo perdido.
Y sensacional etapa de Bart Brentjens y Abraao Azevedo. Ganaron en master yfueron 12º de la general.
El agua también afectó a motos de enlace y fotógrafos.
Y la alegría de los ganadores de una jornada tan épica. El Topeak Ergon de Kristian Hynek y Robert Mennen fue el equipo más rápido.
Pero los nuevos líderes son Karl Platt y Urs Huber. El alemán sufrió para seguir al suizo, pero todo tuvo su recompensa.
Así llegaba Karl Platt a meta.
Y así Nino Schurter. Un gran día para los fotógrafos especializados en retratos.
En la parte final de la etapa lució el sol. Lo que combinado con el barro y el agua acabó endureciendo el terreno y dejándolo muy pesado.
La alegría de las vencedoras en categoría femenina.
Y como siempre en estas pruebas, el compañerismo reinante. El trabajo en equipo y la generosidad. Un día por ti y otro día por mi. El objetivo es cruzar la línea de meta.
Para los corredores amateurs la jornada fue interminable. 8 horas 35 minutos para el último equipo que pudo entrar en clasificación.
Y al llegar a meta así, un enorme trabajo para recuperar y limpiar todo. Mañana es otro día.
Imágenes para el recuerdo de una etapa que estará en el top-3 de las más exigentes de la prueba.
