Alaska es el hogar de los bosques más lluviosos del hemisferio norte. Un terreno espectacular. Mientras el invierno lo convierte en un lugar ideal para el ski, el verano permite disfrutar de esta zona del planeta de muchas otras maneras.
Vivir en Alaska en invierno y competir en enduro en verano no ha dejado mucho tiempo a Peter Ostroski, rider del equipo Rocky Mountain, para mostrar que puede deparar toda esta parte del planeta al mountain bike.
Pero, tras el Crankworx contó con un pequeño hueco para viajar a Anchorage, Alaska, con su Rocky Mountain Altitude como equipaje.
Las montañas cubiertas de niebla le recibían. Pronto se unió a Charlie Renfro, el que iba a ser su fotógrafo en este viaje.
Anchorage es conocido como un lugar plagado de senderos para el mountain bike. Kincaid Park, en el sur de la ciudad, cuenta con una amplia red de recorridos de ski nórdico y motos de nieve en invierno, que en verano son grandes recorridos para el MTB.
El segundo punto del viaje fu la península de Kenai, en concreto la localidad de Homer.
Con el rider local Aaron Siassny como guía vivieron granes jornadas de MTB en el Golfo de Alaska.
Jacklof Bay era la siguiente parada, y las Red Mountain el siguiente escenario de esta aventura, con sus minas abandonadas como testigo.
Los últimos días del viaje los pasaron en Girdwood, con más lluvia y temperaturas más bajas de lo esperado. Algo que tampoco supuso un freno para las salidas en MTB.
