La Brasil Ride 2013 se acerca a su ecuador. La prueba ha celebrado una carrera de XCO como escenario de su tercera jornada de competición, una fórmula no empleada en otras pruebas de este tipo. Además, en esta jornada, se permitía que las parejas rodasen separadas entre sí, con lo que la lucha por la victoria se convertía en un uno contra uno en toda regla. De cara a la general se sumaban los tiempos de los dos integrantes de cada equipo.
El recorrido planteado era de 7km, al que los corredores tenían que dar 5 vueltas. Un trazado que se iniciaba con una zona de adoquín y siempre en constante subida, por pista, hasta llegar al kilómetro 3. En ese momento se entraba en un sendero técnico y repleto de piedra que llevaba hacia una ermita, lugar que marcaba el comienzo de la bajada hacia meta, en su primera parte muy técnica y exigente con los bikers.
Con este panorama, los participantes no se han guardado ni un ápice de fuerzas pensando en los días restantes y la salida era vertiginosa. El primero en atacar, desde la misma salida, era, curiosamente, Kohei Yamamoto, protagonista de toda una odisea para poder completar la larga jornada previa con problemas de calambres en su última parte. El japonés se mostraba totalmente recuperado de esos contratiempos y rompía el grupo.
Paso tras paso la carrera se seleccionaba. Hasta que se configuraba un grupo de cabeza con el propio Yamamoto, el campeón brasileño Henrique Avancini y Roel Paulissen.
El belga sería el primero en descolgarse en la última vuelta, que sería un mano a mano entre Yamamoto y Avancini. Finalmente el brasileño era el más rápido para alegría de todos los espectadores.
A falta de los resultados oficiales, Luis Leao Pinto y Tiago Ferreira mantienen el liderato de la general.
Crónica equipo ESMTB.com – Ismael Ventura y Ramón Sagues
Parece mentira que hacer una carrera de XCO parezca un día de descanso. Pero así lo sentimos hoy. Tras la maratoniana jornada de ayer, donde además de llegar tarde al campamento llegas destruído, las menos de 2 horas de sufrimiento de hoy han sido como un descanso activo.
Da gusto tener tiempo para hacer cosas, revisar la bicicleta, desayunar con calma y no tener el estrés que tienes aquí, donde parece que no tengas que hacer nada pero no tienes tiempo de hacer todo lo que necesitas.
La rutina típica es levantarse, a horas intempestivas, aunque en realidad con el cambio de hora no sabemos ni a que hora dormimos o nos despertamos. Simplemente duermes todo lo que puedes. Desayunar, preparar todo el material para cada etapa (solo esto podría ser un capítulo aparte…), intentar calentar un poco, o como mínimo comprobar que aún tienes piernas, y hacia la parrilla de salida a por lo que hemos venido, ir en bici.
Al llegar empieza el caos, que ahora, desde que dormimos en una posada, se ha simplificado mucho. También ayuda que la carrera tiene dos poblaciones de base, con lo que no tienes que mover bolsas y recoger todo cada día.
En meta, bebes y comes como si no hubiese un mañana. Y a partir de ahí, solo una palabra en la cabeza. Recuperar. Masaje (los ricos! Hoy nos hemos hecho el primero de la semana ), estiramientos, Compex, ropa compresiva, cremas de frío, piernas arriba, o hasta el pino puente si hiciese falta, todo sea porque al día siguiente las piernas no sean como el palo de una escoba.
De la carrera de hoy, nos ha ido bien, aunque aún nos sabemos los resultados oficiales (van siempre un poco lentos con este tema). En lugar de correr cada uno a nuestro aire hemos hecho toda la carrera juntos. Ramón me torturaba en las subidas de pista y yo lo torturaba en los senderos técnicos. Es lo que se llama repartirse la faena. Nos hemos situado sobre la 10 o 12 posición, como mucho, que sería como ser 5-6 en la general de la etapa.
La prueba ha sido un poco locura. Bueno, nada de un poco, ha sido la locura total. Imaginar meter a muchos bikers, 350 creo, en un circuito de 7km, de los cuales 4 son senderos estrechos y muy técnicos. No suena tan mal? Piensa que cada uno de esos bikers tiene niveles muy diferentes. Desde ganadores de Copas del Mundo a corredores que competían en camisa. Lo dicho, la locura. Me he inventado todas las palabras posibles para pedir paso.
También nos ha sorprendido el nivel de kamikaze de los corredores de delante. La bajada era complicada, inclinada, con escalones muy grandes y mucha piedra. Típica bajada que podrías hacer muy rápido. Es cuestión de agarrarse al manillar e ir volando sobre escalones de piedra grandes como sillas, y olvidarte de los millones de ruidos que te devuelve la bicicleta, como diciendo “dónde vas loco que me vas a romper”. Así, cuando pensábamos que el equipo de Superior formado por Hans Becking y Jiri Novak, y que son 3º en la general, nos iba a sacar algo de tiempo, nos encontramos a Becking pinchado en mitad de la bajada. Al principio se nos habían ido en la misma zona en velocidad kamikaze. Pinchar puede ser cuestión de mala suerte, o de exceso de riesgo.
Y así, pim pam, pasa otro día más de la carrera. Ahora vendrán días difíciles. Mañana 70km, pasado 90km y el siguiente 140km más. La última etapa será un poco más light con 61km. Creemos que seguimos segundos de la general. Aunque se preveé que muchos de los equipos profesionales vayan a por nosotros viendo que dos bikers desconocidos están por encima en la general. En cualquier caso nada cambiará nuestra forma de correr. A ver si nos lleva por el buen camino.
Ismael Ventura
