Lapierre Prorace, la nueva máquina de carreras de la firma francesa

Toda esta tecnología se conoce como sistema SAT y apareció por primera vez en el catálogo de Lapierre en 2014 cuando se implementó en la gama Pulsium de carretera, el modelo destinado a enfrentarse a los adoquines de la Paris-Roubaix.

Las líneas del cuadro son marca de la casa francesa. Todo un sello de identidad que la hacen inconfundible. Todo ello para lograr la Premium Hardtail Experience, tal y como lo ha bautizado la marca. Rodar con una bicicleta rígida que aporta algo de comodidad adicional.

En el diseño del cuadro han definido que función tiene cada tubo y en base a ello le han dado una función u otra gracias a una disposición concreta de las fibras de carbono. El tubo diagonal y la caja de pedalier son elemento clave para la rigidez, junto con las vainas. Son las zonas que deben soportar y transferir la fuerza que ejerce el biker sobre los pedales. El tubo de sillín y los tirantes son los elementos destinados a la absorción. Es el Prorace X Intellizone Module.

Cada talla tiene un diseño de fibras diferente para que todas las tallas tengan un comportamiento acorde a su piloto en lo que a flexibilidad se refiere.

Un guía cadenas muy elebaorado y con espacio para Powerlink

En un cuadro rígido, donde el margen de innovación es menor, cualquier detalle suma para lograr destacar. En Lapierre han creado un guía cadenas específicos para la Lapierre Prorace. El Prorace X Integrated Spare Link cuenta con un soporte propio en el cuadro. Además de evitar cualquier salto de cadena han diseñado un espacio para poder llevar en él, totalmente integrado, un eslabón rápido de tipo Powerlink. Una solución simple que nos ayudará a saber que siempre tenemos este elemento de emergencia en caso de avería. El peso de todo ello es de apenas 30 gramos.

Respecto al resto de detalles en la construcción del cuadro, cuenta con guiado de cables interno, es Boost y tiene el sistema Trapdoor para instalar la batería de un sistema Di2 en el interior del tubo diagonal, sobre la caja de pedalier, en el mejor lugar posible para bajar el centro de gravedad de la bicicleta.

El peso es un factor clave en un modelo rígido. La Lapierre Prorace se queda en los 1.070 gramos con todo el hardware necesario. 985 gramos pesa el cuadro sin pintura, barniz ni pegatinas. Todo ello en talla M.

Actualizando la geometría

Con el salto al Boost, y como era de esperar, Lapierre ha actualizado la geometría de su modelo Prorace. Lo ha hecho para adaptarse a los cánones de la nueva geometría XC. El ángulo de dirección pasa a 69,5º, una medida más relajada que el anterior modelo pero sin extremismos dentro de las normas XC. Las vainas son mucho más cortas con sólo 428mm mientras que reach ha aumentado para poder usarse con potencias más cortas. Hay 4 tallas de la Lapierre Prorace, todas ellas para ruedas de 29″.

Gama Lapierre Prorace

En total habrá 3 modelos de carbono de la Prorace, dos de ellos con el carbono Ultimate, el más ligero de la marca, y un tercero con un carbono algo más sencillo que añadirá unos gramos pero recortará unos cuantos euros a su precio final.

Todos los montajes para España serán con transmisión monoplato.

Lapierre además se ha enfrascado en el lanzamiento de sus propias ruedas de carbono para XC. Un proyecto con el que llevaban mucho tiempo trabajando y que ahora ve la luz. Emplearán llanta de carbono y usan buje con sistema Toque cap para dar más rigidez al montarse con horquillas RockShox.

Lapierre Prorace SAT 929

El tope de gama de la Prorace. Con SRAM XX1 Eagle, RockShox SID World Cup, frenos SRAM Level Ultimate Carbono, bielas Race Face Next Carbon y las nuevas ruedas Lapierre LP XC Carbon.

Lapierre Prorace SAT 729

Horquilla RockShox SID RL con grupo SRAM X01 Eagle y ruedas Mavic Crossmax Elite. Como referencia este modelo contará con un precio de 3499 a 3699€ y estará a la venta mes de Julio.

Lapierre Prorace SAT 629

Horquilla RockShox Reba RL con grupo SRAM NX de 11 velocidades y ruedas Mavic CX421. Este modelo es el único que no emplea carbono Ultimate.

En marcha

Pudimos probar la nueva Lapierre Prorace 729 en los senderos de la sierra madrileña. De entrada la Prorace ha ganado mucho a nivel de sensaciones de conducción con la nueva geometría. Aporta más confianza que nunca en las bajadas y nos aleja de las posiciones extremas del XC del pasado. Los acabados son de primera en todos los aspectos y sólo echamos de menos la posibilidad de montar un segundo portabidón en el cuadro. Estéticamente es una bicicleta que no pasa desapercibida.

A la hora de pedalear con ganas el cuadro responde a la perfección. Tenemos las aceleraciones fulgurantes que esperamos de cualquier rígida de gama alta. Por lo que se refiere a la capacidad de absorción del cuadro es algo que siempre es difícil de valorar. Si vienes de una doble, desde luego, te será una sensación imperceptible y la sequedad de reacciones de un cuadro rígido será lo que más percibas. Los usuarios habituales de cuadros rígidos si que pueden llegar a percibir cierto aumento en la mejora de la comodidad. Es algo que aunque no es totalmente evidente sobre la bicicleta sí que está ahí permitiéndonos percibir el terreno con algo más de suavidad.

Con precios competitivos, montajes acertados, peso contenido, un diseño llamativo y la última tecnología de Lapierre, la gama Prorace tiene los ingredientes necesarios para hacerse un hueco en el competido segmento de las bicicletas rígidas, unas bicicletas que siguen teniendo mucho protagonismo en nuestro país.