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29er para descenso, el experimento de Neko Mulally

El americano Neko Mulally ha montado ruedas de 29" a su Gambler y ha retocado todo lo necesario para adaptar su geometría. Este es el resultado

Neko Mulally es uno de los riders más prometedores del DH. De hecho, y a pesar de su juventud, es un corredor ya consolidado entre los mejores de la Copa del Mundo de DH.

Para muchos es recordado por su espectacular bajada sin cadena que le llevó a terminar 4º en todo un Campeonato del Mundo. Una bajada histórica.

Ahora compitiendo para el Gstaad-Scott, Mulally ha experimentado con su Gambler de DH para acercarse a un concepto de bicicleta que cree que puede tener recorrido en el descenso, las 29r.

Scott Gambler de Neko Mulally

Scott Gambler de Neko Mulally

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Hay muy poco que contar de las 29er en DH. Apenas han tenido presencia destacada en la Copa del Mundo. De hecho, jamás ha habido una 29er entre las mejores bicicletas de esta competición. Si miramos el catálogo de los principales fabricantes el DH es terreno 27,5″.

Esto es debido, principalmente a dos factores. El principal es que es muy complicado lograr una bicicleta de 29″ con una suspensión trasera de largo recorrido. Simplemente no hay espacio para conseguirlo de forma clara. Las 29er se suelen situar en un máximo de 150-160 mm de recorrido trasero. Esto es, de por si, un factor muy limitante. El otro problema son las ruedas. Con las enormes cargas que tienen que soportar en el DH de máximo nivel, las ruedas de 29″ no son suficientemente sólidas. Además, la cantidad de neumáticos de DH disponibles en 29″ es prácticamente nula.

Aún con ello, Neko Mulally ha modificado su Scott Gambler para probar la sensación de ir con 29″. Como él mismo explica, es el mismo cuadro que usó en los pasados Campeonatos del Mundo. Una vez puestas las ruedas de 29″, como es lógico, la caja de pedalier había aumentado su distancia al suelo. Lo compensó instalando un amortiguador más corto pasando de 240mm a uno de 222mm. Pero el efecto fue mayor del que buscaba y lo compensó instalando separadores. Esta cambio tenía otro efecto. El ángulo de dirección aún más relajado. Así que jugó con la dirección para ganar 1º.

La rueda delantera entraba en su horquilla de 27,5″ (recordar… las ruedas 27,5″ entraban en muchas horquillas de 26″ dependiendo del balón del neumático, pero no por ello era algo aconsejable). Obviamente el paso de rueda queda enormemente reducido.

En cuanto a la rueda de atrás, el espacio era suficiente, incluso con la suspensión comprimida al máximo. Para mantener su posición tuvo que subir el sillín un poco y adelantar al máximo el mismo sobre sus raíles.

Con ello su geometría quedaba con 340mm de espacio de pedalier al suelo, ángulo de dirección de 62,5º y distancia entre ejes de 1.260mm.

¿Sus sensaciones? La primera, similar a la que sientes al probar un 29er viniendo de 26″. Los obstáculos se hacen más pequeños. El paso por curvas no es tan positivo y el propio Mulally explica que si te pasas a la entrada cuesta mucho más corregir la trayectoria. En definitiva un comportamiento que premia a la conducción fina frente a la conducción brusca.

Y acaba su experimento comentando que «creo que las 29er tienen un gran potencial para el diseño de una bicicleta de DH. Pueden ser una gran herramienta para algunos circuitos, quizás más de lo que puedas pensar«.

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