El CES de Las Vegas sigue mostrando productos que hasta hace poco podían parecer de ciencia ficción, pero que son una realidad al alcance de aquellos que puedan pagarlos.
Intel no quiere dejar pasar el tren de los drones. Y su aportación al segmento no podía ser trivial. El fabricante de chips acaba de adquirir la compañía Ascending Technologies, un fabricante alemán de drones. Se trata de una empresa que había centrado sus esfuerzos en crear drones avanzados para tareas como la inspección industrial o labores de fotografía aérea.
Obviamente la apuesta de por los drones de Intel no se centra en crear aparatos recreativos para que los bikers puedan grabar sus salidas, pero de rebote sí podría dar un paso más en la evolución imparable de estos aparatos. Intel apuesta por los drones porque es consciente que en un futuro próximo jugarán un papel importante en tareas como la entrega de pequeños paquetes de forma automática y otras tareas a realizar a gran escala en todo el mundo.
La empresa ha emprendido un camino de desarrollo centrado en crear drones más inteligentes, que vuelen de forma más natural. Esto significa conseguir que los drones sepan leer mejor su entorno de forma autónoma. Sepan reconocer obstáculos, esquivarlos y seguir con su tarea, ya sea repartir un paquete o grabar a un biker bajando por mitad de un bosque.
Precisamente esta situación tan complicada de resolver, lograr seguir a un biker en mitad de un bosque repleto de obstáculos, es el ejemplo más claro de la potencia que tiene la tecnología desarrollada por Intel para los drones. Y es precisamente el ejemplo que han escogido para mostrar las habilidades de sus aparatos en el CES.