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  • 28 de Septiembre de 2011

Pulsómetro Polar RS800CX

Ideal para aquellos que se toman en serio sus entrenamientos o que practican más de un deporte. EL RS800CX te dará toda la información que necesitas

Cuando pensamos en pulsómetros es inevitable que la marca Polar pase por nuestra mente. No obstante, esta firma fue la encargada de popularizar este dispositivo entre la gran mayoría de deportistas gracias al lanzamiento de productos cada vez más cercanos a los usuarios, menos elitistas y complejos de emplear. Aunque la gama de Polar es muy extensa, si en algo destaca es en los productos más elaborados, en los que puede poner en práctica todos sus conocimientos tras muchos años en el sector. Por eso, la prueba del RS800CX, su modelo de referencia en la actualidad, es toda una experiencia.

Como usuario de prácticamente todas las diferentes generaciones de relojes-pulsómetro de Polar,  el proceso de familiarización con los menús y su estructura de navegación y configuración me ha resultado muy corto. Aunque desde el primer momento percibes que este modelo cuenta con un número de funciones mucho más amplio que sus antecesores, su forma de uso es muy similar, por lo que aquellos que vengáis de emplear un Polar de generación anterior no tendréis mayor problema con los primeros pasos.

El diseño del reloj es sobresaliente. Más allá del aspecto físico, que puede ser más o menos atractiva según el gusto del usuario (a nosotros nos ha encantado su estética), su construcción permite acceder a los 4 botones laterales (dos a cada lado) y al botón central, sin problema alguno. Es ligero y su correa sólida y flexible.

En su filosofía de comercialización Polar basa la mayoría de funciones extras en periféricos externos. Con ellos podemos ampliar el número de datos que nuestro RS800CX es capaz de tratar. En el pack de ciclismo que hemos puesto a prueba contábamos con la cinta para el pecho con la que medir nuestra frecuencia cardíaca, y el sensor de velocidad para ubicar en la bicicleta, todo ello de forma inalámbrica. Además, nuestro pack contenía un soporte para el manillar, y el conector USB de infrarrojos para su comunicación con el ordenador.

Las posibilidades de ampliación de cara al mountain bike pasan por añadir el sensor G3, un dispositivo GPS que servirá para registrar nuestros pasos, además de para controlar la velocidad mediante este sistema. En estos primeros pasos, y viendo los accesorios, descubrimos una de los inconvenientes, que puede ser una gran ventaja, para los bikers que pongan su mirada en este dispositivo. El RS800CX no es un modelo pensado únicamente para el ciclismo, y por ello cuenta con funciones y accesorios que pueden ser de poca utilidad en nuestro deporte y de mucha en otras disciplinas. Con el RS800CX tendremos más que un púlsometro para MTB, tendremos un pulsómetro para emplear de forma multidisciplinar.

El sensor de velocidad que incluye es mucho más pequeño y estilizado que el anterior modelo, y fácil de instalar con un par de bridas y el soporte de goma para ubicarlo en la horquilla.

La configuración de los periféricos (sensor de velocidad, cinta del pecho, G3, etc…) es un proceso rápido y sencillo desde el apartado configuración del reloj. Con ello ya podríamos salir al monte a emplearlo, pero para sacar partido a sus funciones debemos pararnos un momento y realizar el Test que el propio RS800CX nos ofrece para dictaminar, de forma aproximada, nuesta VO2max y nuestras zonas de entrenamiento. También podemos introducir una serie de valores de forma manual, y configurar nosotros estas zonas.

Las opciones de configuración y muestra de datos son enormes, como corresponde a un modelo que está orientado para el entrenamiento más exigente y metódico. Dispone de funciones como el autolap, ya sea cada cierto periodo de tiempo, como cada cierta distancia. Una vez empezamos a registrar nuestra actividad contamos con 6 pantallas diferentes a través de las que podemos navegar mientras se almacena el ejercicio. Se trata de las pantallas dedicadas a las pulsaciones, a reloj-cronómetro, tiempo de lap, velocidad, distancia y altitud. Cada una de estas pantallas cuenta con 3 líneas de información, y cada una de estas líneas es configurable para mostrar la información que queramos dentro de los parámetros disponibles. Es un punto importante, porque el no tener configurada la información que queremos visualizar en cada momento puede hacer que nuestra experiencia de uso con el RS800CX sea una odisea.

La pantalla, aunque es clara y los dígitos se muestran con claridad, tiene un espacio limitado respecto a otro tipo de dispositivos que no son relojes. Por ello, en algunos momentos y con información compleja puede ser un poco complicado leer todos los datos de un primer vistazo. También es cierto que mientras nos ejercitamos no usaremos la mayor parte de la información, y que será en casa cuando analicemos los datos con más precisión desde un ordenador.

Para enviar los datos del reloj al ordenador se emplea un USB y se envía mediante infrarrojos desde el reloj a ese dispositivo. Un mecanismo inalámbrico pero a través de un protocolo, los infrarrojos, que está algo desfasado. Sin duda un punto a mejorar.

El software de escritorio de Polar es el tradicional  Polar Protrainer, que no ha parado de evolucionar año a año, y que nos permite analizar con precisión toda la información que el RS800CX es capaz de registrar. Su uso es bastante intuitivo a pesar de la apariencia algo anticuada.

En definitiva, el RS800CX es un dispositivo ideal para aquellos que se toman sus entrenamientos en serio. Que quieren analizar cada sesión realizada y entrenar siempre bajo control. Además, aquellos que practiquen más de un deporte lo verán especialmente útil, tanto por su versatilidad a nivel de funciones disponibles, como por la facilidad de pasarlo del soporte de la bicicleta a nuestra muñeca.

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